El escritor Pampeano Hugo Ferrari nos hace sonreír con sus ocurrencias e ideas; donde al leer uno va disfrutando y esperando en el próximo renglón, una nueva ocurrencia; autorizados por el autor el Circulo Cooperativo de lectores, los invita a leer, comentar y compartir estas reflexiones, para acompañar estos momentos de aislamiento preventivo (cuarentena)
AL MAL TIEMPO BUENA CARA. Y DISCULPEN…
Estos son días de descubrimiento: algunos descubren nuevas funciones en su celular. Otros descubren que tienen más capacidades que las que se reconocían hasta la pandemia. Yo descubrí el detergente, lavandina, lustra muebles, desengrasantes de vajilla, escobillón y trapo de piso. Esto es magistral.
Hay algo peor que el aislamiento: Ir a la calle por necesidades esenciales para irritarse afuera y discutir por el mínimo contratiempo. Es como salir de Guatemala y meterse en Guatepeor.
La clausura de los salones de belleza nos puede dar sorpresas: ayer, cuando iba a comprar el pan me crucé con la rubia del segundo piso y me enteré que es morocha.
Ahora tenemos una ventaja: Cuando llamamos a alguien por teléfono estamos seguros de encontrarlo. Es raro que te digan - Mi marido está jugando a las bochas, o – El señor se fue al ensayo de coro.
Cuando salía de la farmacia pasé al lado de un amigo y no lo reconocí. “Disculpame –le dije- con la cara medio cubierta pareces medio boludo”
En esta circunstancia se ratifica que los bancos de una plaza o de la peatonal son más sensibles que los llamados de crédito. En los primeros podemos descansar confiados ya que nos cuidan tanto la cabeza como el culo.
No por casualidad la palabra virus se escribe del mismo modo en español, inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, turco, gallego, catalán, checo, danés, noruego, finés, sueco, holandés, rumano, vietnamita, húngaro, albanés, bosnio, checo, croata, eslovaco, esloveno y estonio.
Esto prueba que el bicho ataca sin distinción de lenguas, ojos y narices. El inglés sin embargo es más flemático y el gallego menos agudo.
De tanto ir y venir me sé de memoria los pasos que puedo dar en el living y balcón. Si me paso de largo y llego a caer del quinto piso tendré que sumarle a aquel total el trayecto vertical. Entrenamiento no me falta.
Finalmente una pregunta: ¿se puede putear con el barbijo puesto?
Parece mentira
Cuando íbamos a la primaria y sosteníamos alguna mediana discusión entre los varones, una de las amenazas o desafíos clásicos era “Te espero a la salida…”
Parece mentira que esta misma frase suene en las actuales circunstancias como una expresión de afecto, como un deseo de reencuentro, como un canto de esperanza.
A todos ustedes, “los espero a la salida…”
TRES REFLEXIONES, POR EL MISMO PRECIO
Ya no tengo dudas. Lo más importante en el aislamiento es la creatividad tanto para incorporar hábitos como para inventar actividades que nos permitan adaptarnos a las nuevas circunstancias.
Así como los náufragos varados en una isla desierta aprenden por necesidad a pescar y cazar, a asar sin tener parrilla, a fabricarse abrigos y refugios y a enviar mensajes en botellas a falta de WhatsApp, así debemos aumentar nuestro ingenio doméstico.
Aunque no hayamos estudiado técnicas de supervivencia tenemos que advertir cuándo se debe acelerar y cuándo frenar. Tal vez sea conveniente ver ahora por You Tube algunos viejos combates de box para recordar cómo esquivaba Locche y cómo pegaba Monzón.
Así como estamos debemos posponer decisiones, obras y planes. Entre otras cosas tuvimos que postergar el regalo de los huevos de Pascuas. Tal vez los podamos entregar para la Navidad, aunque por culpa de la inflación para ese entonces nos van a costar un huevo de pascuas y la mitad de otro.
El gato de mi vecina no se acostumbra a verme con barbijo. Está tan confundido que ayer me ladró.
El uso de estos adminículos ofrece ventajas colaterales: Por debajo de él no tenemos necesidad de sonreírle a nadie por compromiso. También nos permite hacer muecas burlonas al cruzarnos con quienes no nos caen bien. Además si uno lo usa dentro de la casa come menos.
Cuando finalmente salgamos de este aislamiento nos encontraremos con un mundo muy distinto al que conocimos, tanto por las conductas personales como por las actitudes sociales que se nos recomienda. ¿Cómo les caerá esto a los científicos que durante tanto tiempo nos vinieron diciendo que la tierra es redonda?
Como volante de contención que pretendo ser no postulo la indiferencia ni la despreocupación. Planteo la conveniencia de alejarnos de las malas ondas y de entregarnos a un programa de espera lo más placentero posible.
Ya no tengo dudas. Lo más importante en el aislamiento es la creatividad tanto para incorporar hábitos como para inventar actividades que nos permitan adaptarnos a las nuevas circunstancias.
Así como los náufragos varados en una isla desierta aprenden por necesidad a pescar y cazar, a asar sin tener parrilla, a fabricarse abrigos y refugios y a enviar mensajes en botellas a falta de WhatsApp, así debemos aumentar nuestro ingenio doméstico.
Aunque no hayamos estudiado técnicas de supervivencia tenemos que advertir cuándo se debe acelerar y cuándo frenar. Tal vez sea conveniente ver ahora por You Tube algunos viejos combates de box para recordar cómo esquivaba Locche y cómo pegaba Monzón.
Así como estamos debemos posponer decisiones, obras y planes. Entre otras cosas tuvimos que postergar el regalo de los huevos de Pascuas. Tal vez los podamos entregar para la Navidad, aunque por culpa de la inflación para ese entonces nos van a costar un huevo de pascuas y la mitad de otro.
El gato de mi vecina no se acostumbra a verme con barbijo. Está tan confundido que ayer me ladró.
El uso de estos adminículos ofrece ventajas colaterales: Por debajo de él no tenemos necesidad de sonreírle a nadie por compromiso. También nos permite hacer muecas burlonas al cruzarnos con quienes no nos caen bien. Además si uno lo usa dentro de la casa come menos.
Cuando finalmente salgamos de este aislamiento nos encontraremos con un mundo muy distinto al que conocimos, tanto por las conductas personales como por las actitudes sociales que se nos recomienda. ¿Cómo les caerá esto a los científicos que durante tanto tiempo nos vinieron diciendo que la tierra es redonda?
Como volante de contención que pretendo ser no postulo la indiferencia ni la despreocupación. Planteo la conveniencia de alejarnos de las malas ondas y de entregarnos a un programa de espera lo más placentero posible.
Estos son días de descubrimiento: algunos descubren nuevas funciones en su celular. Otros descubren que tienen más capacidades que las que se reconocían hasta la pandemia. Yo descubrí el detergente, lavandina, lustra muebles, desengrasantes de vajilla, escobillón y trapo de piso. Esto es magistral.
Hay algo peor que el aislamiento: Ir a la calle por necesidades esenciales para irritarse afuera y discutir por el mínimo contratiempo. Es como salir de Guatemala y meterse en Guatepeor.
La clausura de los salones de belleza nos puede dar sorpresas: ayer, cuando iba a comprar el pan me crucé con la rubia del segundo piso y me enteré que es morocha.
Ahora tenemos una ventaja: Cuando llamamos a alguien por teléfono estamos seguros de encontrarlo. Es raro que te digan - Mi marido está jugando a las bochas, o – El señor se fue al ensayo de coro.
Cuando salía de la farmacia pasé al lado de un amigo y no lo reconocí. “Disculpame –le dije- con la cara medio cubierta pareces medio boludo”
En esta circunstancia se ratifica que los bancos de una plaza o de la peatonal son más sensibles que los llamados de crédito. En los primeros podemos descansar confiados ya que nos cuidan tanto la cabeza como el culo.
No por casualidad la palabra virus se escribe del mismo modo en español, inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, turco, gallego, catalán, checo, danés, noruego, finés, sueco, holandés, rumano, vietnamita, húngaro, albanés, bosnio, checo, croata, eslovaco, esloveno y estonio.
Esto prueba que el bicho ataca sin distinción de lenguas, ojos y narices. El inglés sin embargo es más flemático y el gallego menos agudo.
De tanto ir y venir me sé de memoria los pasos que puedo dar en el living y balcón. Si me paso de largo y llego a caer del quinto piso tendré que sumarle a aquel total el trayecto vertical. Entrenamiento no me falta.
Finalmente una pregunta: ¿se puede putear con el barbijo puesto?
Parece mentira
Cuando íbamos a la primaria y sosteníamos alguna mediana discusión entre los varones, una de las amenazas o desafíos clásicos era “Te espero a la salida…”
Parece mentira que esta misma frase suene en las actuales circunstancias como una expresión de afecto, como un deseo de reencuentro, como un canto de esperanza.
A todos ustedes, “los espero a la salida…”
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